sábado, 13 de diciembre de 2008

Premoniciones

Van a pasar los días y los meses y el va a estar ahí. Ella va a caminar cientos de calles y algún día va a sentir su perfume, se va a dar vuelta para mirar y no va a poder evitar llorar al descubrir que no es el…
Va a caminar por la playa solo con su sombra.
Va a amanecer en miles de mañanas con un señor sin nombre ocupando su cama y usufructuando lo que le quedó de libido.
Va a cerrar los ojos todas las noches y va a ser su imagen la que le llene la mente.
Va a hacer esfuerzos sobrehumanos para no decir su nombre cuando no debe.
Va a conocer a un señor sin nombre que medianamente le caiga bien, van a ir juntos a las reuniones sociales, se van a ver lindos de la mano, el le va a tener paciencia, ella le va a ser fiel. Pero cuando vayan juntos al altar, otro va a ser quien la espere en la noche de bodas.
Va a seguir sus pasos como una espía lunática, va a necesitar inevitablemente su compañía en las noches de lluvia, pero nunca le va a decir nada. Todos los días se va a levantar odiándolo y adorando su nueva libertad…pero va a llegar una hora en todos los días, cuando esté bajando el sol…que lo va a extrañar desesperadamente. Un día él va a volver a buscarla, y le va a ofrecer un rato en su cama. Ella no va a dejar nunca a su marido, les va a costar despedirse, o tal vez sean el plan inevitable de los domingos de seis a nueve.
El se casó con una Doloresdecasa, de esas que dicen “si querido” y que sus ojos verdes se ven simpáticos en las fotos familiares.
Ella se va a convencer de la vida que le toca, de los años que se le pasan, y el también.
Pero este es el camino más cómodo